lunes, 25 de enero de 2021

A Juan Francisco, que se nos fue en silencio.

Se despertó la noche, 
funesta y desalmada, 
preñada de azabache 
cual guadaña afilada. 

Cobarde y luctuosa, 
de malva disfrazada, 
maquinó su traición 
en busca de algún alma. 

Se encaminó, sedienta, 
en pos de una morada. 
Se encaramó a la tapia 
y entró por la ventana. 

En medio del silencio, 
cuando todo era calma, 
se encaprichó, siniestra, 
de quien vivir ansiaba 

¿Quién te guió a la cita, 
señora desalmada, 
con el adormecido 
que el mañana esperaba? 

¿Si nadie te llamó? 
¿Si no eras bien hallada? 
¿Qué razón te llevó 
a segar la esperanza? 

Una vez sentenciada 
la luctuosa hazaña 
se acercó por la espalda 
y allí le hundió la daga. 

Luego se despidió, 
la desdicha saciada. 
En su rostro no hay luz, 
la muerte es su mirada. 

Al ver que se ha perdido 
tu vida en la distancia, 
mi pena languidece 
de dolor y añoranza. 

Cada hora es eterna. 
Cada día, una carga. 
Cada gesto un recuerdo. 
Cada respiro, escarcha. 

Tú que nos diste todo: 
amistad, plato y cama, 
cuídanos desde arriba, 
sin ti no somos nada. 

Ayer, mirando al cielo 
vi que se iluminaba, 
era una estrella nueva, 
Lucía como el Alba. 

© Moisés González Muñoz
23/01/20221

8 comentarios:

  1. Simplemente precioso y emotivo. Os enviamos un fuerte abrazo. Ánimo, família!

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  2. Precioso. Lo siento🙅🏼‍♀️🙅🏼‍♀️🙅🏼‍♀️😔🌹😘

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  3. Unos versos muy bonitos. Es muy triste el hecho que los inspira, pero es positivo expresar las emociones y los sentimientos.

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  4. Precioso compañero, sé que tus sentimientos delatan tu pluma, y al leer despiertan en mi los recuerdos 😔
    Adelina

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    1. Muchas gracias, por entrar y dejar tu opinión, Adelina.
      Un abrazo, compañera.

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