El despreciable Sr. Feijóo puede ser amigo de quien le plazca (aunque Marcial sea un narco); puede traicionar al presidente de su partido (aunque Casado intente destapar la corrupción en sus filas); puede ser el mancebo de la Trumpista (aunque la pareja de esta sea un defraudador confeso); puede seguir dando lecciones de moral (aunque habite una sede levantada con dinero oscuro); puede poner todos los palos en las ruedas de Europa para perjudicar a España a condición de que a él y a los suyos les vaya bien… y un inacabable sinfín de tropelías, pero buscar el rédito político, en base a la mentira, enfangando lo vivido y por vivir, con la muerte de más de 150 personas, demuestra la bajeza moral que envuelve a este individuo; le incapacita de por vida como personaje público, le inhabilita como a aspirante a cargo político alguno; le desnuda como persona de bien y le muestra como el más ruin de la plaga parásitos vividores que expolian el país desde su escaño y sus poltronas.
Hoy no es el día para tirar mierda sobre el Gobierno de la Generalitat Valenciana o el Gobierno de la Nación porque escasean las pruebas sobre la gestión de la catástrofe.
Ya llegará el momento de rendir cuentas por los múltiples errores que propiciaron la desgracia acontecida, a quienes sean los culpables, y que la justicia los ponga en si sitio, aunque lo dudo.
Hoy toca arrimar el hombro, buscar soluciones de presente y futuro y acompañar a las víctimas, culpar a los otros no es sino la demostración palpable de una cobardía propia de un acomplejado.
Hoy toca arrimar el hombro, buscar soluciones de presente y futuro y acompañar a las víctimas, culpar a los otros no es sino la demostración palpable de una cobardía propia de un acomplejado.
©Moisés González Muñoz
Terrassa, sábado 02 de noviembre de 2024.
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