Primavera y niñez
A mayo le cantábamos las flores,
ávidos, ya, por salir de la escuela.
Para el juicio nos faltaba una muela
y apenas si entendíamos de amores.
Pantalón corto, anuncio de calores,
juegos al sol, meriendas de la abuela.
Tiznada al fuego, al bullir la cazuela,
de humo y sabor se vestían los olores.
Dulce reír de aquellas primaveras,
donde el correr era nuestro alimento
y la amistad la flor más verdadera.
Sueño días de ayer, que hoy son quimeras,
e imagino que perdería el aliento
si aquella infancia de oro se me fuera.
Lunes, 05 de mayo de 2025
©Moisés G. M.
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