De Manresa a Montserrat. (10/11/2012).
De madrugada, como siempre, pero más tarde de lo habitual ante la cercanía del desplazamiento, nos acomodamos en el autocar para trasladarnos a Manresa; punto de partida de nuestra aventura en pos de la “ Moreneta”.
A los ya habituales peregrinos se añaden,
hoy, alguna que otra eventual penitente dispuesta a redimir sus inconfesables y
múltiples pecados ante la “Mara
de Déu”.
El mal tiempo otoñal (o bueno si tenemos en cuenta la estación), la proximidad
de la anterior etapa, la crisis
económica, o las
circunstancias personales de cada cual hacen que el grupo de hoy sea relativamente reducido
y eso vaticina un nuevo “sábado negro” de números rojos
para nuestro “de Guindos” particular. Se suceden los días y el nuevo Señor Ministro sigue sin presentarnos una jornada de superávit, com sí hacía su antecesor; con
lo que convendréis conmigo
que “Tiempos pasados siempre fueron mejores”, y que de persistir la
situación actual nos veremos abocados inexorablemente a un rescate financiero de consecuencias inimaginables para
GRmanía.
Acomodados
en sus asientos, los “embarcados”
en la zona Olímpica debaten
entre ellos la conveniencia o no de gastarles una broma (putada) a los de la Bóbila y dejarlos abandonados a su suerte, pero finalmente la cordura de unos pocos (yo
entre ellos) se impone a la
sin razón de la mayoría y accedemos a que el resto de GRmanos/as comparta
con nosotros el autocar.
Traspasado el túnel
de la Bauma, de entre las luces del alba,
emerge una mañana húmeda y espesa, cubierta por una densa niebla que en nada afecta
al humor de los GRmanos. Estos se hallan ya sumergidos en un arduo debate
semántico sobre el significado de palabras tan inocentes como “tirada”,
“corridas” (un servidor desconoce a que se refieren los contertulianos, pues en
ningún momento se hace mención a los morlacos u/o toros para los no avezados en
términos taurinos), “follo… con fatatas, por supuesto”, “erecciones” (deduzco
que se trata de un error de pronunciación y que el individuo en cuestión se
refiere a “Elecciones” … al Parlament). En definitiva, una conversación de lo
más enriquecedora y profunda a la que no hacen ascos ninguna de las inocentes féminas
que participan del evento cultural del momento.
A medida que nos
adentramos en tierras del Bages la niebla se hace cada vez más y más espesa e
impide prácticamente la visibilidad de todo aquello que se encuentre a más de
10 metros de mi chorreante y mocosa
nariz de acatarrado.
Haciendo de tripas corazón (al mal tiempo buena cara),
ingenuos, felices y esperanzados nos lanzamos hacia la montaña mágica en busca
del perdón de nuestros pecados, veniales
los de la mayoría de nosotros (entre los que me incluyo), pero inconfesables y
mortales los de “otros” aparentemente inocentes
cristianos.
El arranque en
nada difiere del de otras innumerables etapas, es decir: dudas, desorientación y pérdida inmediata del
grupo hasta dar por fin con e l rumbo correcto.
¿No deberíamos, quizás, hacer
caso omiso a tanta tecnología,
desprendernos de unos cuantos GPS y contratar un buen “JEFE..ese”?
Encauzado el
redil en la senda correcta, a traición y por la espalda, soy asaltado de improviso por Don Paco Ortega que
sin derecho a la réplica y sin
posibilidad de negativa me “invita-obliga”, bajo amenaza velada de expulsión
de la familia GRmana, a hacerme cargo de la “Lumineta”. Sudoroso, afligido y
sumiso sucumbo a la vileza de su petición y, cabizbajo, asumo la inmensa y
ardura responsabilidad que atracar los bolsillos de los sufridores /as
compañeros/as de fatigas. Espero perdonen
ustedes mi debilidad de espíritu y confíen en el buen uso que haré de sus
míseros Euros. Mientras tanto, encomiendo mi alma al Diablo para que me agracie
con la suerte de la mencionada
“Lumineta” y prometo dar buena cuenta de ella sin compartir ni uno solo
de los manjares con ninguno de ustedes, y menos el jamón!
Llegados a
Castellgalí, y ante la imposibilidad material de localizar un sitio seco y
soleado como sugieren algunos lumbreras, nos acomodamos en una céntrica plazoleta delimitada por el
campo de fútbol, el centro de salud y un
edificio de nueva construcción de uso indeterminado. Al momento, bocadillos de diversos y exquisitos
manjares abandonan las mochilas y se deslizan pausadamente por nuestros
gaznates para aligerar el peso de la carga y saciar nuestro voraz apetito.
Acompañando a los hidratos de carbono y demás
añadidos que rellenan los bocatas, corre sin parar la bota de morapio de
Don Paco Ortega. Bota que cada dos por tres hay que arrancar de las manos de
los borrachos de turno, a fin de evitar que éstos, supuestos abstemios, alcancen
un insoportable estado de embriaguez tal, que nos amargue el resto de la
jornada a la gran mayoría de juiciosos penitentes.
Con el devenir de
las horas, el camino juega con nuestra percepción de la distancia (ora acercándonos a la
montaña, ora alejándonos de ella de manera incomprensible) para martirio y desolación
de nuestra frágil moral y nuestras debilitadas piernas. Sin embargo, y para
alegría del personal, una inesperada y
bendita sucesión de madroños (cireres d’arboç) nos ofrecen gratuita y
desinteresadamente sus jugosos, dulces y apetitosos frutos con los que los más atrevidos rellenamos el buche
y saciamos las penurias de la caminata.
Acercándonos a
Marganell aparecen las primeras indicaciones hacia la iglesia de San
Cristóbal (siglo XI) - de románico
primitivo, de una sola nave y ábside de arcos lombardos, modificada en el siglo
XVII y restaurada en 1981-, pero sea cual sea la causa (debilidad en la fe de
los peregrinos o la lejanía) , ni uno solo de los mismos se plantea la remota
posibilidad de visitarla.
Tras
interminables horas de marcha e ímprobos esfuerzos, nos situamos a la falda la montaña de Montserrat
e iniciamos, jadeantes y sudorosos, la
conquista de la misma. A mitad de la
ascensión vislumbramos el Monasterio de Sant Benet (también conocido como ”Las
Benetas) . -En 1939, a raíz de la Guera Civil Española el monasterio de Sant Benet de
Mataró y el de Santa Clara de Barcelona fueron expropiados y estas dos
comunidades tuvieron que marchar. Años más tarde, cuando volvieron a Cataluña
al encontrarse sin un espacio donde vivir, el abad Escarré decidió unir estas
dos comunidades para crear una nueva: la de San Benito de Montserrat. En 1952,
se creó la nueva comunidad de Santa Cecilia de Montserrat, donde vivieron las
monjas hasta 1954, cuando se creó el monasterio de Sant Benet donde residen
actualmente.
En aquel punto,
algunos cobardes abandonan la expedición a pie y se acomodan en el autocar con
la excusa de que al día siguiente deberán volverán a realizar la ascensión,
esta vez
corriendo desde Terrassa. ¿Algún
testigo que pueda dar veracidad a tal hecho?
Cobijados por las
inmensas agujas de granito, transitamos
durante un largo trecho por una senda a cuyo lado derecho se han ido instalando
altares con Vírgenes de toda procedencia
y condición, y al amparo de las mismas, sanos y salvos, llegamos al final de
nuestro recorrido.
Sin percance
alguno que lamentar, nos Instalamos en las mesas de madera del exterior del Self-Service
para dar cuenta de nuestras últimas vituallas y saciar nuestra inmensa sed con
cantidades ingentes de cerveza, pagada a precio de oro, por lo variopinto del
lugar.
A la hora del
café, con la mejor de mis sonrisas y mi
verborrea de chamarilero, recorro los bancos, de uno en uno, intentando vaciar
los bolsillos de mis colegas de aventuras con la dichosa Lumineta; pero éstos, tacaños y agarrados
cual pareja de tango, hacen caso omiso a mis peticiones y, solo tras largas
súplicas, acceden a invertir unos míseros euros.
Derrotado por las
arduas negociaciones con los del puño cerrado me acomodo en mi asiento a
descansar y al momento, para sorpresa mía y desvergüenza de mis llamados
compañeros, observo atónito como éstos, otrora arruinados, se pelan por adquirir
la lotería que el traidor Don Paco Ortega les ofrece. Es más, mis ojos observan anonadados como los
billetes de 10, 20 y hasta 50 euros, cambian de mano sin cesar y van
a parar, uno tras otro, al bolsillo de Don Ortega sin el más mínimo remordimiento
por parte de nadie.
Acto
seguido, solo los "buenos creyentes" nos
acercamos hasta el lugar donde se sella la acreditación, a fin de justificar
fehacientemente la veracidad de nuestra peregrinación, mientras los herejes,
encasquetan su papel a los más ingenuos para que se lo sellen en su
nombre.
En los albores de
la tarde de la curiosa fecha del 10 de 11 de 12, damos por terminada la
peregrinación y regresamos cansados y felices a nuestro dulce hogar.
Fotos de la etapa Blog de GRManía
Fotos de la etapa Blog Antonio Gil
Fotos de la etapa Blog de GRManía
Fotos de la etapa Blog Antonio Gil
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